domingo, 10 de octubre de 2010

O él o yo.

No es nada bonito cuando escuchas esas palabras recién sacadas desde lo más profundo del cerebro, tener que decir que si eliges a uno o a otro, tener que preguntar quién es la persona que importa más en tu vida, tener que decepcionarte por la respuesta que puedes escuchar luego de decirle a alguien esto. Primero recapitulemos, yo sé que como es obvio, nadie podría entender a que me refiero con "o él o yo"... no es que tenga algo que ver con el tema romántico pero sigue siendo algo sentimental, algo que estaría por romper un tipo de relación diferente, esa relación que jamás pensé que se quebrantaría. Me gustaría mucho que la persona a la que va dedicada el post de este momento estuviera sentada a mi lado, que bajara del segundo piso y pronunciara las palabras por las que ayer estuve derramando lágrimas, me gustaría tanto poder escuchar de su boca dos palabras, no la hacen más ni menos persona, quizás le haga feliz mi sonrisa de oreja a oreja luego de atreverse a decirlas. Tan solo quiero escucharte decir "lo siento". Solo quiero que recuerdes que las cosas no son como uno las cree y que no solo por vivir a mi lado toda tu vida debes creer conocerme. No te puedo juzgar por no haber estado en cada momento de mi vida, por que es lo más complicado del mundo. Luchaste como un león por todo lo que quisiste en tu vida y no tengo nada que reclamarte. Si nada es lo que te pido ahora, entonces lo es. Creo que no te has dado cuenta que si de personas infelices se trata yo encabezo la lista número uno. Cuando pasas por alto el como yo me puedo sentir, me duele. Me duele que insistas en decir que me conoces y yo tenga que repetir una y otra vez, con la voz rota y temblorosa: "tú no me conoces". Me duele aceptar que perdiste ese sexto sentido que te dan una vez que nace de tu vientre eso que esperaste por nueve meses. Me duele en mayor medida que digas que puedo ser capaz de destruir algo. Pero lo que más me duele de todo esto es que no te quieras quitar la venda, que no me veas, que no te vas a tí misma, que creas que solo soy un rostro y un cuerpo que vive para satisfacer sus propias necesidades. Las lágrimas de ayer, con mi brazo sosteniendome, con mi voz callada, mirandome al espejo y preguntandome en un tono masoquista ¿hasta que punto va a llegar esta situación? No me interesa tener una casa bonita, no me interesa tener todo lo que podría desear, ni ir de viaje a todos los países del mundo de los que antes no pude haber tenido idea de conocer, tampoco me interesa que él me comprenda. Yo solo quiero que volvamos a ser felices, que volvamos a reír en la tarde, que prepares pop-corn y que te salga mal mientras te duermes a mi lado viendo una película. Yo solo quiero que aunque duermas a mi lado y no veas la película que tanto busque por horas, estés. Yo solo quiero saber que estás y no que te hipnotizas como fan enamorada cuando ves su rostro en la cámara web, tan que yo no existo en tú mundo. Tienes una responsabilidad y esa responsabilidad soy yo, la que te escribe. No de cuidarme, no de protejerme, solo de estar. Porque aunque no digas nada y pretendas ser un témpano de hielo tan frío que hasta me quema, con el solo hecho de estar me sentiré todo lo anterior que no te estoy pidiendo que hagas. Me hubiera gustado mucho ver tu hoy con todo lo que dije en la mesa, a la hora de cenar. Me hubiera gustado no tener que decirte que podrías perderme, que podría irme y que no estaba bromeando. Debo admitir que aunque al principio sonó algo típico de un berrinche adolescente en algunas horas se transformó en una posible realidad dolorosa. No quiero esto para tí, ni para mí... no quiero que vivamos pensando en como hubiera sido si hubieras dejado de lado a esa persona. No entiendo que puede darte que es capaz de no poder permitirte abrir tus ojos. Yo solo intenté ser buena pero tú me haces parecer la mala de la película, me haces parecer la persona principal en la lista de los que atentan contra tu felicidad. Me gustaría que hubieras estado espiándome cada vez que hablaba sobre ti, con esa emoción, cada vez que decía que no había nada en el mundo que me hiciera tan feliz que verte feliz a ti. Acepto mi error al no poder decírtelo en la cara. A veces, me resulta muy difícil expresarme con las personas que quiero tanto. Me acuerdo una vez en la que te enseñe una foto que teníamos en el facebook y tapé la parte de la descripción donde decía que eras la mejor persona del mundo, donde decía que te adoraba como a nadie. Perdí lo que tenía cuando pequeña, perdí la facilidad para poder decirte cuando te quiero. Perdí la facilidad para poder confiar en ti. Yo quería que seas siempre como eras, yo no quería que nada ni nadie te hiciera cambiar. Abre tus ojos yo no quiero tener que ser la persona que te obligue a hacerlo. No quiero ser quién provoque tus lágrimas una vez más. Para ti no soy más que una niña inmadura buscando una capricho más con el cual comenzar con la discución diaria, pero no sabes que la oruga salió hace muchos años de esa capullo en donde me mantenías retenida. Puedo decir todo lo que pienso y estoy segura que al hablar podemos entendernos bien si evitamos alzar la voz. Estoy segura de que el día que botes tu orgullo en el tacho de basura todas las cosas van a ser más sencillas en mi vida. Si me lees dime si piensas luego que soy una niña caprichosa. Sí me lees dime si es él o soy yo. Dime si me arrojarías del barco y tuvieras que elegir como me dijiste ayer, dímelo sin piedad. Yo me iré aunque sé que necesitaré de ti más que lo que tú necesitas de mí. Yo me iré por verte más feliz y a mí menos triste, aunque te tenga que extrañar cada día. No quiero ser más cenicienta en este, tu cuento de hadas prefabricado. Yo siempre fuí lo más importante y ahora lo es él y yo fuí degradada a la parte inferior de la pirádime. Me voy sin antes recordarte que eres lo más importante y que no quiero que sigas siendo tan infantil aunque es extraño que yo siendo tan infantil te tenga que poner ese calificativo a ti. Solo gracias a pesar de los malos tiempos. Solo elije y dime si él o yo.

No hay comentarios: