jueves, 5 de mayo de 2011

Desatinadita

Hoy estaba con unos amigos sentada en la mesa del comedor. Hay un señor gordo y grande que te bota de la mesa si es que llevas computadora y no compras su comida. Nunca le hacemos caso a pesar de la forma en la que nos mira. "Estoy haciendo mi trabajo", me da ganas de lanzarle la laptop en el cerebro. Eso pasa regularmente, unas cuatro y cinco veces a la semana y yo siempre digo la misma frase: Pagamos más de mil soles para no nos dejen ni sentarnos en las mesas. Luego de lo de siempre llegó una amable chica a botarnos de la forma más forma que alguien pudo botarme: "¿ya comieron o van a pedir? yo: ya pedimos, a bueno (cara de salgan de la mesa malditas basuras porque quiero comer ahora)" sentí ese frío que se siente cuando quieres noquear a alguien. Eh llegado a la conclusión de que, me estoy convirtiendo a una asesina en serie (solo en los sueños). Le hubiera lanzado un pedazo de carne de lomo saltado.

Experimentando con el odio

Blog lo siento, te abandoné demasiado. En este largo largo largo, muy largo tiempo, te dejé. Te dejé solo. Yo me sentía así en ocasiones, cuando no estaba escribiéndote. Hoy escuché algo curioso. Estaba en clase de "técnicas de expresión escrita" y el profesor me dijo casi casi que escribía mal. Lo dijo con un tono sutil, lo dijo así: No necesariamente porque te guste hacer algo significa que lo haces bien. Lo odio, quiero lanzarlo para que sea comido por las hienas salvajes que salían en la película del rey león. Siento que he cambiado, no lo odio porque nunca me sentí tan mal y tampoco empujaría a la muerte a nadie pero, si se rompe un brazo no sería tan malo ¿o si?, en fin, creo que estos días de alejamiento me han vuelto media bruja. Me he vuelto un poco fuerte, algunos dirían que se me nota. No es que sea sansón o algo parecido. Solo fuerte cuando alguien me dice algo. Defenderé lo que creo y lo que creo es que me encanta escribir. Mi mamá me dijo una vez que, no siempre tienes que gustarle a todo el mundo (y creo que no sólo ella si no muchas personas más). Quiero más crítica y quiero refutarla, refutarla siempre con mis explicaciones sin sentido, hablando muy rápido y quiero que se paralicen con lo que digo a pesar de que se, tristemente se que quizás ellos tengan la razón. Profesor, no me se tu nombre porque elegí tu curso a la champa y no me lo voy a aprender porque mi cerebro tiene exceso de conocimiento. Seguiré escribiendo y volaré como si me hubiera tomado un redbull. Nadie, nadie me detiene.