viernes, 4 de marzo de 2011

No estoy en brasil

El día empezó con el sol de siempre. Ese sol que nos hace sentir la cabeza caliente (no en el sentido que creen). Pero no voy a explotar nuevamente, todo lo que tenía que ver con desastres ecológicos y/o nucleares estaba fuera de mi vida. Hoy, era día de playa. Día de subir a uno de esos gastados y rechinantes carros colorinches y desaliñados que llamamos micro. Bien sabemos todos que si un micro fuera un novio que elegimos nuestros padres no estarían de acuerdo. En mi mente imagino "surfing usa" de mis chicos, los adorables Beach boys. ¿Alguna vez les a pasado que algún tipo de música los aleja de sus problemas? bueno, a mi me pasa siempre, por eso siempre la escucho. Estar sentada allí me recuerda a algún episodio de "esta sociedad", solo que yo si acostumbro a ir en micro muy seguido. No puedo contestar el celular y el calor extremo me hace delilar. Para cerrar el día como si fuera una divertida burla, suena en la radio una de esas exóticas melodías que están de moda junto con algún anuncio discotequero que ofrece full regaeton y sandungueo. En una de esas conversarciones de camino, llegamos a la conclusión de que el regaeton ya pasó de moda, ahora lo que se escucha todo el día en las radios es un remix de latin-regaeton-merengue. Suben personas a ofrecernos maní, canchita, muchas cosas que comer y cero plata en el bolsillo que gastar. Yo solo tengo mi agua y buenos deseos. La tubería cerca de la playa se jodió (espero que eso no nos haya afectado), quinientos brasileros, cinco delfines, el señor que vendía cervezas, la señora de las rapasdillas, mi cara llena de bloqueador. Hubiera querido que este verano se guarde en mi cerebro como un verano que recordar, pero no pasó algo tan significativo como para atesorarlo tanto. Solo es otro simple verano, solo que ahora con un plus amoroso muy agradable que pretendo conservar todas las estaciones. Mi plata se acabó por comprar agua en un grifo (en los grifos comprar algo es un robo). Sabía que no estaba en brasil, que las aguas cristalinas distaban mucho de serlo y que esos delfines podrían ser arrollados por una moto acuática, pero los días con amigos hablando y cantando tonteras no tienen precio. No es que me quiera copiar de la propaganda de mastercard pero así es la vida. Fue un muy buen día, confesaré que solo eh ido a la playa cuatro veces en este verano. Luego de dar una pena masiva a los lectores me retiro. Me voy donde me lleve el viento (a matricularme en el británico porque se me pasó la fecha, es ahora o nunca).

miércoles, 2 de marzo de 2011

Cambios

En un mundo donde las cosas cambian me encantaría quedarme eterna, ahí paralizada. Me encantaría ser por momentos una estatua de hielo. Me encantaría poder congelar momentos. Pero en el mundo, en este tonto mundo al que pertenecemos, donde no todo sale siempre como lo hemos planeado, el tiempo pasa. Y lo que nadie quiere escuchar: Las personas cambian. Yo ahora estoy desorientada, en realidad, para ser exacta y sincera, nosé que dirección tomar y digo lo de congelada porque me encantaría parar el tiempo así como cuando veía "bernardo y su reloj" y todo se detenía. En estos momentos no se si lo que haya venido a mí sea la inspiración pero si los deseos de desahogo. A veces las cosas se estiran, las cosas se vuelven estrías (por feo que suene) y esas marcas desagradables son las que vemos, las que nos recuerdan que algo está mal. No podemos vivir eternamente pretendiendo que no existen, porque en algún momento no las vamos a soportar o alguna otra persona se va a dar cuenta. Si existiera un remedio para las hipotéticas estrías no estaría escribiendo estúpideces e inventando metaforas, solo intentaría buscar soluciones. Pero las estrías existen y las personas explotan. Acabo de recibir una bomba. Estoy entre hiroshima y nagasaki. No sé si encontraran una foto mía volando por los aires, pero así me siento. Veo el fuego arriba de mi cabeza y tengo que contener la respiración. Los peores momentos para recibir una bomba son los momentos en los que no tienes a nadie al costado (aunque se muy bien que aunque hayan mil personas igual amaría estar sola). Nunca nada es perfecto ni eterno aunque huvieramos querido imaginar que sí en el pasado. Ahora sigo aquí sentada con mis lentes de descanso, me muero por comer porquerías mientras uso una pijama rosa de cuadritos con la figura de winnie pooh (que demuestra la maldad que llevo dentro). Supongo que lo más normal que un ser hace en estos momentos es pensar (pero yo dormiré). Caeré mismo rapunzel. A no, lo siento (me equivoqué de película) mismo, la bella duermiente (quitándole lo sobreexesivamente bella) quizás solo como carolina en posición fetal (durmiendo) con el volumen del televisor muy en alto, rezando porque el nextel nunca suene y por no tener que responder nada elaborado porque no lo tiene. Así es mi vida, así la de alguna persona igual a mí en cualquier universo paralelo.