viernes, 19 de junio de 2009

Sé fue y nunca dijo si me quería

Esta es mi historia. Una rara e inexplicable historia. Dicen que lo mejor sucede de casualidad, que cuando las miradas se juntan, no es por nada, siempre pasa algo y eso me pasó a mí.No me duele ni me afecta que lean esto, es normal en mi expresar siempre lo que siento. Un día común y corriente, me preparaba para una actuación del colegio.Fin de semana, sentada, con algunas amigas, logre ver a alguien mirándome, alguien de cara conocida; lo conocía hace tres años ya, pero ¿porque me miraba a mi?
Quizás había otra chica atrás mío, gire mi cabeza, el espacio estaba vacío, su mirada estaba fija en mi, giro 3 o cuatro veces y su mirada quedo grabada en mi mente, hasta hoy la recuerdo como si fuera ayer.
Pasaron los días, unos cuatro o tres, seguíamos encontrándonos casualmente en los pasillos del colegio, el no podía ocultar sentirse avergonzado, yo aunque creía hacerlo tampoco.
Quizás creí que me quería, pero fui tonta, no debí creer en tonterías. Me dije a mi misma, dejando que lo que sentía por el, que por eso entonces era algo mínimo de lo que es hoy, se caiga por las escaleras.
Hablamos por MSN, conversaciones muy lindas por cierto, siempre me agradó mucho. Era atento y alegre, aunque por momentos un poco antipático, pero en fin, yo lo quería así. Algo me decía tenerlo cerca y tan lejos, que me quería y que me evitaba a la vez, no sabía bien nada.
Saliendo de mis clases un sábado, en grupo con mis amigas, logre verlo a lo lejos, quede paralizada y a la vez muy feliz saltando por dentro, no podía respirar, moría; sí que moría.
Decidí pasar a su lado, ¿estoy loca o que? ¿Me hablará? No sé que hacer, sé que no le importo, aunque en el fondo tenga una pequeña esperanza.
Pasaron 5 minutos y el y sus amigos, seguían conversando en la esquina de donde me encontraba yo, no pude esperar mas, se podía ir y arruinar mi oportunidad indirectamente.
Finalmente me atreví, me despedí de mis amigas y avancé directa pero sutilmente hacia el, pase a su lado, no dijo nada, me sentí perdida, “me voy, ya no vale la pena seguir”. No me dijo nada, ni un hola; Cuando de repente escuche una voz, no diré a lo lejos porque estaba muy cerca, pero la escuché. No identifique la persona que me llamaba, pero definitivamente era uno de sus amigos. Giré mi cabeza, lo mire a los ojos y era su amigo, amigo mío también.
Nos presento y yo no podía mas, tenia que saltar, gritar y todos los derivados, pero no podía, se daría cuenta de mis sentimientos.
Mis amigas gritaron como nunca. Por supuesto él se dio cuenta, me fui rápidamente argumentando tener que llegar temprano a mi casa, ¿sabría que lo quiero? , no lo se, solo espero que no.Llego el lunes, desde ese día todos los que siguieron venían acompañados por encuentros casuales, que por supuesto el evitaba y no podía disimular, yo notaba su falta de interés, sus ganas de salir corriendo y por supuesto lo hacia al verme pasar.
Los días pasaban yo no podía mas, buscaba su mirada, encontraba desprecio, aun así sus amigos molestaban, diciendo que el sentía algo, pero mi cabeza fue mas fuerte que mi corazón y aunque amaría que si sienta algo, no me podía engañar, su interés era nulo.
Finalmente llego la oportunidad de conversar por MSN, tuve que saludarlo que ya desde ese entonces dejaron de ser frecuentes las conversaciones por MSN, se alejaba mas y mas, no me saludaba, no decía nada, no le importaba nada, pero mi sentimiento por el crecía día con día.
Pregunté: “¿Por qué nunca saludas?”
A lo que el respondió; “Porque tus amigas gritarán”
No pude contenerme, no podía mas, decidí dejar todo atrás, como diariamente lo decidía, pero sabia que no podía cumplirlo.
Pasaron semanas, no meses, ni años, solo semanas, sus miradas eran mas frecuentes y eso me alegraba, pero aun se alejaba y eso se notaba mucho.
Me conecte al MSN, su amigo me saludo, me dijo que tenia una pregunta para mi, ¿que seria?. Le dije, “anda dime” y lo dijo, quería saber si me gustaba él. Yo no pude mas, aunque me moría por dentro, aunque quería saltar y maldecir mil veces al mundo por no hacer que me quisiera y que todo sea tan difícil para mi, no hice nada. Le dije que no, sufrí para escribir esas dos letras en mi teclado, lleno de lágrimas. Al día siguiente, lo vi, lo vi y su mirada miro a la mía, “¿Qué paso?, ¿Porque me sigue mirando?, ¿Porque sonríe?, ¿Porque no huye como de costumbre?”. Todo era tan raro, al contrario de decir que si sentía algo por el, dije que no, “¿y ahora me mira?”, pensé: “Los hombres son tan simples que parecen complicados en ocasiones”, no hice mas y me fui, me fui sin mirar atrás, aunque tenia unas ganas inmensas de mirar una y otra vez sus ojos café.
Pasaron días, solo días, y todo andaba bien, creo que el ya sabia lo que sentía y la verdad no importaba ya, no importaba nada, me resigne a quererlo, total; el no lo hacia.
Estaba muy tranquila, todo en orden, pero no, no mas, ¿se va? , ¿A donde?
¿Por qué? fueron las únicas palabras que pude pronunciar, porque no tenía respiración y mis latidos se aceleraban, intenté fingir que no me importaba, pero era inútil.
Pasó un día, hable con el y me contó que se iría , que sus padres lo decidieron así, que sólo seria por un tiempo y que mañana seria su ultimo día en la escuela, traté de reaccionar como una buena amiga, dándole ánimos, diciéndole que todo estaría bien, pero sola en la habitación, contuve mi llanto.
Al siguiente día, su ultimo día, no lo veré mas, moriré, me suicidare, total que mas importa, no lo veré, no le podré decir nada, ¿se despedirá de mi?, yo se que no, no le importo, ni le importaré.
Sólo pude ver su rostro triste, por su despedida, pero no era una tristeza por no verme más, yo lo sabía, en su vida no encajaba yo.
Dormí. Dormí como nunca, quise olvidarme de todo, quería, pero no pude, no puedo pretender olvidar a alguien en 15 horas.
Miércoles, 7 de la mañana, listo, me aliste, fui a la escuela, me resigne al hecho de no verlo más y de alejar todo presentimiento e ilusión de mi terca cabeza. Pero que veo, limpie mis ojos, ¡era él! no puede ser, morí, caí y volví a vivir, muero, todo paso por mi mente, mis ojos lo miraron, su mirada no se devolvió. Eso no interesaba, estaba ahí y podía correr, decirle lo que sentía, aunque en el fondo sabia que no lo haría, ¿que ganaba?
Pasaron las horas en el colegio, horas que por cierto fueron eternas, hora tras hora, imaginando como seria si salgo corriendo, me atrevo y lo beso, cansada de imaginación, decidí poner mis sentimientos en un papel, jamás llevaba hojas, ese día lo hice, seria la primera rara coincidencia de todo ese raro, triste, pero a la vez mejor día de mi vida.
Escribí todo en un dos por tres, sin tomar importancia a la clase de letras, dos caras, dos largas caras, donde escribía mis sentimientos, no se la daría, jamás, ni pensarlo, muy tonta para su gusto. Total, ni le va ni le viene, no le intereso.
La termine, mi amiga amo la carta, dijo que se la debía dar, pero no, jamás se la daré. ¿Está loca? , si el me quisiera le haría mil cartas y muchas cosas mas, pero no lo hace y lo se pero no es su culpa. Llego el recreo, mi carta estaba terminada y lista para ser entregada, pero no lo haré.
Me niego rotundamente a que alguien y menos el la vea. De repente mi amiga desesperada entro, “Un sobre, conseguí un sobre” - me dijo- “¿que?, ¿quien tiene un sobre en el colegio?” “No sé, Lucas me dijo que alguien paso y se lo dio de la nada”, estaba tan raro esto, que persona con sus facultades mentales pasa y te dice “Ey, tú, toma un sobre”. No importó. Dejé esa encrucijada para después, desde ahí todas las acciones, se hacían solas, sentía que alguien había trazado el destino y al final de el una sonrisa. Guarde el sobre, escribí su nombre y el mío pero no le di mas importancia, mire la carta, sentí pena, pero no se la daré, algo dentro mío decía dásela, ¿que pierdes?, algo me empujo a atreverme, salí con toda la valentía del mundo, que en mi caso era mucha, pues soy muy cobarde. Me acerque a sus amigos me miraron y dijeron, ¿no sabias? , “¿Qué?” -dije yo. “Hoy se va, no se muy bien la hora, pero se va en la tarde, por eso salio temprano del colegio”.Mi corazón no podía mas, quise botar la carta, pero no lo hice, algo dentro de mí me decía, “No todo está perdido”, no se ha ido. Eran las 2:00. Sorpresa. No hubo clases, había partido de fútbol y mi amiga me convenció de salir mas temprano, aun no había salido absolutamente nadie más que nosotras.Caminamos hasta su casa mecánicamente, era un edificio, cuatro pisos, eso creo, la puerta estaba cerrada, lo supe al ver el letrero que decía “puerta cerrada”. Fuimos a la parte trasera y esa puerta si estaba abierta, en mi mente, escuchaba una y otra vez su nombre, no podía mas, no sabía que hacer pero le entregaría la carta. No, ¿porque te arrepientes? de la nada me desgane, la carta era muy cursi, no me quiere, ¿porque voy a gastar mi tiempo en dársela?, porque lo quiero me dije, pero no se la daré. Se lo dije a mi amiga y salto, quede callada por un segundo y me dijo “Cállate estúpida, ¿hemos venido hasta aquí, para que te eches por vencida?, ¿esto no es lo que querías?”. No importó que me insultara, cogió la carta y se fue, subió el edificio. Yo me quedé fuera esperando, mordiendo mis uñas, rara acción, pues es algo que nunca hago, jamás había sentido tantos nervios y tanta ansiedad, juntas. Llegó al fin llego, habíamos decidió entregarle un nota en vez de la carta y la hice, pero ella entrego las dos, quería morir no sé si de nerviosismo o de que pero era tan raro lo que sentía, le dije entonces, “¿qué esperas? recoge la carta, muero, no la puede ver”. Me dijo; esta bien, subió y volvió a bajar. “Ya no está, alguien la tomó”, en ese entonces sentí que había sido el, no lo se fue un raro presentimiento.
Nos fuimos, regresando nos encontramos con una amiga suya, nos comento que se sentía triste pues no se había despedido, le dijimos que es muy triste no despedirse de un amigo al que quieres mucho , nos dijo que no pudo pues el se fue a las 2; pero ¿ a su casa?, no! tomo el avión a las 2; ¿qué?, esta bien nos tenemos que ir le dije, se alejo, quede perpleja, se había ido, no leyó la carta, nunca la vera, solo esperaba un milagro.Llego la noche, entre al MSN y estuve dos horas, iba a salir cuando de pronto, “¿Qué?, es él, ¿Se conectó?No sabia que hacer en esa situación, dicen que nunca sabes como se siente hasta que te pasa, era una mezcla de felicidad y tristeza extrema, unidas, que me hacían sentir miserable. Me dijo hola y puso una cara de alegre, “¿Por qué está alegre? ¿No se ha ido?”. En fin, dije “hola, ¿ya llegaste?”, respondió algo que jamás olvidare, los sentimientos y las palabras, gestos, todo lo que pueda pasar, nunca volverán a pasar por mi cabeza, ni volveré a sentir jamás lo que sentí en esos segundos.
”Sí, ya llegué, y leí tu carta”. La cara feliz lo dijo todo, caí al piso, paro cardiaco era menos de lo que sentía en ese momento, lagrimas salieron de mis ojos, no se si de felicidad o de que pero sentía algo, algo que no podía ni explicar, “tengo que decirte algo. Si nunca me acerque o te salude y solo te mire, era porque sabia que me iría y no quería que pase nada, pero yo si te quería”.
Mi mente se puso en blanco, todas las raras sensaciones del mundo se hicieron una y se juntaron en mi pecho, flotaban a toda velocidad y hacían que gritara, girara y saltara. Lo odiaba por no habérmelo dicho antes, cuando estaba cerca de mi, cuando pudo haber sido, “¿por qué me hizo creer que no le interesaba?, ¿por qué no lo dijiste antes?”, -le dije- , “no lo se, quizás creí que lo mejor era callar”- respondió-. Me comento que la carta había entrado bajo su puerta, minutos antes de irse y que no le sorprendió mucho recibirla.
Yo jamás podré explicarlo, pero son cosas que pasan y aunque esta lejos, lo quiero y espero algún día volverlo a ver.