lunes, 24 de septiembre de 2012

Lobotomía inversa

Abandoné el blog cuál madre primeriza e irresponsable, huyendo de sus obligaciones de vida. Para ser totalmente sincera, no sabía que decir o...tal vez, tenía miedo, el miedo de se siente al abrirte el pecho y mostrar tus sentimientos. Aunque, algunos se preguntarán, ¿Tu no amas hacer eso? Pues me volví una persona muy retraída y aprendí a ocultar mis sentimientos e incluso, me perdí en ellos y comencé a tener serios problemas para identificar que era lo que realmente quería.

Como fruto de una limpieza de mayúsculas proporciones en mi casa, mi mamá me hizo elegir que libros dejar y que libros despachar y confinar al olvido. Algunos, por desgracia serían olvidados en mi memoria, cuál canciones poco importantes que pasaron por mi vida alguna vez. Inesperadamente, en mi distracción, se asomó un libro pequeño de tapa negra que llevaba por nombre: "Locos, malos y virtuosos". Como oda personal a mi distracción no le hice el mínimo caso y seguí eligiendo libros. Me permití dejar uno de Truman Capote y algunos de García Márquez, así como Sábato, que estaba intacto. Mi mamá levantó su mano en un intento de extraer de mi vista todo vestigio de los libros que no habían tenido la suerte de ser elegidos; cual muñecos en Toy Story 4. 

De pronto, después de una pelea contra mi pequeño déficit de atención se abrió ante mi aquel pasado colegial tan memorable...disfrazado del rostro de aquel libro, al que había dejado pasar. Rápidamente atiné a cogerlo y observarlo; un enorme flashback de momentos de cuarto de secundaria aparecieron ante mí con la rapidez de un tren bala japonés: algo había cambiado o más bien, regresado.

Aún recuerdo la primera vez en la que me dejaron hacer un cuento libre. Desde ese día hasta hoy, no dejé de escribir el cuento. Escribí sin parar en servilletas, diarios, para personas, en blogs, con lágrimas, con sonrisas, con miradas, con mi voz...escribí en el extranjero, en el interior, escribí en mi corazón y con mis pupilas dilatas, con un grito y también cuando me rendí. 

Todas esas inspiraciones tienen un empuje y la persona que me empujó a dar el gran salto fue M. A. Aún recuerdo el día en el que me presenté a aquella casa en Miraflores, en fachas extremas y un poco despreocupada (como quién no quiere la cosa). Llegué a hablar con él en busca de trabajo y olvidé estúpidamente que aquel periodista había sido alguna vez mi inspiración colegial, la luz que logró que pudiera darme cuenta que quería ser lo que intento ser hoy. Olvidé su rostro, su escribir, lo olvidé todo y más idiota-mente terminé rechazando una oportunidad de experiencias en su revista por otra oportunidad que ya había aceptado.

No sé si arrepentimiento sea el nombre que debo darle a este sentimiento, pero hoy, hoy se que la vida te muestra siempre caminos a los debes dirigirte y aunque las señales del pasado te muestren las piedras cuál sendero de "El Mago de Oz", eliges otras cosas equis y terminas virando hacia la incertidumbre. Hoy es que comienzo a mirar realmente hacia la puerta que quiero que se abra, hoy es que comienzo a darme cuenta de mi capacidad.

Hoy crezco y se que quizás no de tamaño, de actitud y etecé, hoy crecí...realmente.

Regresaré pronto amigos
Caro con un poco de aquí y un poco de Hache.



No hay comentarios: